Mas nada de eso quiere entrar en vuestros oidos. Segun me decis, perjudica a vuestros buenos. Pero que me importan a mi vuestros buenos!
Muchas cosas en vuestros buenos me asquean; y no su mal. Desearia que alimentarais alguna locura que os produjera la muerte, como a ese palido criminal!
En realidad, de verdad, yo querria que su locura se llamase verdad, o bien felicidad, o bien justicia: pero ocurre que ellos tienen su virtud, para vivir largo tiempo, en una deplorable conformidad.
Soy un pretil a orillas del rio: quien quiera agarrarse, que me agarre. Mas jamas sere vuestra muleta.
Asi hablo Zarathustra.
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